Un aspecto subestimado y crucial que contribuye enormemente al fortalecimiento de las familias es la “relación entre padres e hijos” muy poco se valora, se sabe de ella y quizá se deba a que pasa desapercibida en las cosas pequeñas del día a día y los padres pierden muchas oportunidades para fortalecerla mediante pequeños acciones. Que los hijos puedan tener una visión de vida optimista y que les permita desarrollarse en todas sus capacidades depende en gran medida de dicha relación. Esta tiene muchas aristas y nos gustaría comentar algunas, que en nuestra opinión, son muy importantes.
Discurso paternal en cada circunstancia de sus vidas, a los padres les encanta dar discursos del conocimiento o experiencia que tienen de la vida, sobre todo cuando los hijos son sorprendidos en conductas inadecuadas, el discurso va acompañado generalmente de las decisiones que tomamos como padres y los beneficios que nuestros hijos obtendrán si cumplen con nuestras expectativas. En la mayoría de los casos resultará siendo una pérdida de tiempo, los hijos a los dos minutos ya no están prestando atención y muy probablemente continuaran con el mismo comportamiento indeseado. Todo ese conocimiento de los padres es valioso pero debe ser compartido con dinámicas diferentes e innovadoras.
Estaremos abordando esta temática desde tres perspectivas, comunicación, comportamiento y modelos de paternidad.
En este post estaremos abortando el tema de la comunicación:
Gritos, enojo y comportamiento agresivo durante las conversaciones es quizá el comportamiento que más deteriora las relaciones padres e hijos. Recuerda que este comportamiento tiene que ver más contigo que con ellos. Es recomendable que los padres reflexionen y gestionen todas estas emociones antes de conversar con ellos.
Avergonzar y humillar, si al confrontar a los hijos debido a una conducta inadecuada experimentan vergüenza y humillación es muy probable que no regresen a ti o quieran evitarte en el futuro para no experimentar estas emociones.